Búsqueda de trabajo y nueva casa en Sydney
Después de nuestra escapada a la Costa Dorada de Australia, tuve un problema con la señora que vivía y me tocó coger un hotel mientras buscaba una casa para vivir. El alojamiento en Sydney no es barato y después de mirar bastante me quedé en Aarons Sydney Hotel, bastante céntrico por 200€ las 3 noches la habitación individual en régimen de sólo alojamiento.
Durante esos días después de clases me puse como una loca a buscar piso, escribí a todos los anuncios que me interesaron y llamé a otros muchos. Visité cada suburbio que no quiero ni mencionar y descubrí la enorme mafia que hay en Sydney detrás de todo esto de los alquileres y pisos compartidos. Nada por lo que temer, pero hay que andarse con mucho ojo y mirar todo muy bien.
Mi amiga también se quería mudar y al final conseguimos ser un grupo de 4 chicas, que entre todas encontramos un piso prácticamente nuevo que aún no estaba ni amueblado. Las chicas tenían que esperar 15 días para poder irse del piso donde vivían, ya que es el tiempo con el que tienes que avisar, pero yo no tenía otro lugar así que hablé con el encargado del piso y me mudé allí sola, pagando lo mismo que pagaría después pero sin ningún extra: no había internet, no había agua caliente, etc. ¡Tan sólo tenía un colchón desnudo como cama! Así que esos días estuve durmiendo en el sofá hasta que poco a poco aquello se fue convirtiendo en una casa. Vivíamos en pleno centro, en Pitt St. Y teníamos terraza y un salón enorme. El edificio tenía piscina y gimnasio, estaba genial. Pero pagábamos unos 230€ al cambio por persona a la semana. Había dos habitaciones, una con 4 chicas que dormíamos en dos literas y teníamos nuestro baño propio; y la otra con 4 chicos y su baño propio. No estaba mal… ¡pero carísimo!
Durante los días que estuve en el hotel preparé mi currículum al estilo australiano, que la verdad no tenía ni idea de lo que es, pero al ir a la agencia de Information Planet me lo explicaron todo e incluso David, el chico encargado de todo el tema laboral, se ofreció a ayudarme con el mío propio. Estuve un par de días echando currículums por hoteles de lujo que había por el centro de la ciudad, pues yo había trabajado en Maldivas y buscaba algo en el mismo nivel, ya que estaba cualificada. No tuve mucho éxito, pues no me llamó nadie en esos dos días. No lo intenté en ningún otro sitio además de hoteles de lujo, eso lo tengo que admitir, y no fue suficiente.
Al mudarme a la casa y saber el dinero que iba a necesitar para vivir en Sydney, empecé a agobiarme un poco, pues mis ahorros estaban limitados y no quería estar viviendo preocupada. Así que me puse a investigar en internet y contacté con todas las empresas en las que creí que podía trabajar, ya fueran de lo mío o no.
Escribí a restaurantes, tiendas de ropa, centros comerciales, hoteles varios… a todo lo que pensé que podría optar. Al día siguiente de pasar toda la tarde enviando currículums recibí un mensaje de una chica francesa que me decía si podía ir a hacer una prueba a su restaurante mexicano, que estaban buscando a alguien que se pudiera incorporar inmediatamente. Pagaban 11€ la hora al cambio, no estaba mal, así que acepté.
El caso es que yo nunca había trabajado de camarera antes, jamás había llevado una bandeja ni había servido en un restaurante. Contacté con David, el chico de Information Planet y me dijo que me pasara por la oficina que al día siguiente daban un curso básico para iniciarse como camarero ¡estos chicos piensan en todo! La verdad es que había muchos más como yo, y fue divertido… al menos me enseñaron cosas básicas que de otro modo me hubieran hecho parecer una completa novata en mi prueba con el restaurante.
Esa misma tarde me llamó otra chica, de un hotel de negocios, un 5 estrellas en York St. ¡justo al lado de mi escuela! Habían recibido mi currículum y querían entrevistarme, así que al día siguiente a las 2, después de clase iría al hotel, y a las 6 de la tarde tenía la prueba en el restaurante Mexicano. ¡No podía estar más contenta! Ahora todo dependía de cómo encajara yo en lo que ellos estaban buscando, y si a mí me gustaba claro… pero al menos tenía opciones.
Durante estos días no tuve tiempo de hacer nada divertido o tomar fotos de Sydney, así que sólo puedo poner ésta, en una de mis clases en APC probando un snack de un compañero coreano… ¡estaba rico!
Sandra Manrique
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